ÉTICA, COLEGIACIÓN Y CERTIFICACIÓN PROFESIONAL
Palabras clave:
Abogacía, Ética, Colegiación, CertificaciónResumen
Se decía a finales del siglo XVIII que la primera virtud del abogado es la integridad, ya que siendo un fin del abogado el persuadir, el medio más seguro de lograrlo es que el juez, prevenido a su favor, le tenga por hombre de verdad y sincero, lleno de honra y buena fe, de quien se puede fiar plenamente. El abogado debe ser el enemigo capital de la mentira, incapaz de fraude o artificio. Sin duda, la buena reputación del abogado añade peso a sus razones.
El abogado, si bien puede cobrar un estipendio por sus servicios, debe mirarlo siempre no como paga, sino como agradecimiento de los litigantes. Debe el abogado siempre dar un trabajo gratuito respecto de los pobres. "Apártense del tribunal y de tan gloriosa profesión aquellas almas baxas y mercenarias, que haciendo de la elocuencia una vil mercancía, solo las ocupa una ganancia sórdida."
José Berní y Catalá reúne en una obra publicada en 1764, 52 privilegios que le corresponden a los abogados, entre ellos los más ilustrativos de la importancia de nuestra profesión y de la colegiación:
1. Que el abogado es muy esencial para la vida humana en lo político.
2. Que la abogacía es un ministerio público. Ya en las Siete Partidas se establecía que el oficio de abogado es muy provechoso para ser mejor librados los pleitos sobre todo cuando los abogados son buenos y actúan lealmente.
3. Que el ser abogado constituye una dignidad.
4. Que por la abogacía se consigue honor y gloria y a sus profesores se les llama clarísimos.
5. Que al abogado no se le da tormento.
6. Que los abogados están exentos de ir a la guerra.
7. Que los libros de los abogados no se pueden embargar por deuda civil.
8. Que los privilegios concedidos a la abogacía son irrenunciables.